Una banda entra en El Enebral haciendo un agujero de 60 por 40 desde un portal
MADRID- Cada Navidad, como el turrón, llegan los asaltos a casas de embutidos ibéricos. Los abastecedores del mercado negro, conocedores de la demanda, roban a golpe de temporada. Si bien hay productos como móviles o joyería que no entienden de épocas del año, la Navidad es tiempo de asaltos a camiones cargados de aparatos electrónicos (tabletas y videoconsolas son lo más cotizado), juguetes para los Reyes Magos y embutidos ibéricos para las cenas de Nochebuena y Nochevieja.
O, en su defecto, si no ha cuadrado interceptar en ruta ninguna mercancía o llegar a acuerdo con elgún camionero «comprado», dan el palo a naves industriales o locales comerciales llenos de estos productos.
Las consecuencias de esa ley de oferta ilegal que responde a una demanda cada vez con menos posibilidades económicas las han sufrido en sus carnes los propietarios de la empresa de embutidos El Enebral, una sociedad familiar regentada por los hermanos Martín Sanz y con sede en Segovia, donde hacen la crianza propia. Sin embargo, los cacos entraron en el local comercial de venta directa situado en el número 5 de la calle Navas del Rey, en el barrio de Puerta del Ángel (distrito de Latina).
El butrón, mucho más discreto que un robo con violencia e intimidación, que hubiera alertado a los vecinos y, por tanto, podría haber atraído la presencia de la Policía, fue el método elegido por los delincuentes para llevarse los productos de alta calidad, en su mayoría de origen orgánico. Un agujero en la pared, practicado desde el cuarto de la limpieza del portal 5 de viviendas particulares, les bastó para acceder al interior del local. Dadas las fechas que corren y que muchos clientes anticipan sus compras, el local estaba repleto de mercancía ibérica. Ternera blanca, añojo de calidad... pero sobre todo jamones y embutido ibérico (salchichones, lomo y chorizo principalmente). Los ladrones sabían bien qué llevarse: cargaron con 200 jamones y alrededor de 1.000 kilos de embutido. Pero lejos de utilizar un vehículo propio para transportar la carga, se llevaron la furgoneta de la empresa: una Ford Transit blanca con matrícula DYC. Teniendo en cuenta que los jamones pueden rondar los 185 euros y 30 euros un lomo embuchado, las pérdidas de la empresa podrían superar muy fácilmente los 50.000 euros. En el mercado negro, a diferencia de otros productos robados, el precio no baja en la misma proporción, por lo que los delincuentes conseguirán un buen botín.
El robo fue denunciado ayer a las 7:19 horas de la mañana, pero los ladrones pueden haber practicado el butrón durante cualquier otra noche del fin de semana.
Fuente: larazon.es (10/12/2013)