La Plataforma ‘Cortadores de jamón, una profesión’ espera la decisión del Congreso de los Diputados que reconozca este oficio en los registros de profesiones y actividades económicas
“El problema son los aeropuertos de destino, que no conocen esta cultura y lo entienden como armas blancas”, lamenta Moisés Monroy, portavoz de la Plataforma Ciudadana ‘Cortador de jamón, una profesión’. Él, junto a más de 1.000 compañeros de toda España, sufre las consecuencias de que el oficio de cortador de jamón no esté reconocido como profesión.
El primer problema llegó cuando, días antes de viajar a Estados Unidos por un plan de negocios, Monroy acudió a un cuartel de la Guardia Civil para preparar la documentación que le permitiese transportar sus herramientas de trabajo. Fue la benemérita la que le explicó que no existía autorización alguna más allá que la vista gorda del aduanero y que el aeropuerto de destino se las confiscaría por considerar tales enseres como armas blancas.
Fue el propio agente de la Guardia Civil que le atendió quien le aconsejó que iniciase un trámite burocrático para acabar con todas las trabas que se encontraban cada vez que tenían que transportar sus herramientas de trabajo. “La alternativa es enviarlas por mensajería, una opción poco efectiva ya que no tienes seguridad de que vayan a llegar a su destino”, lamenta Monroy que cuenta cómo un compañero perdió un paquete que iba rumbo a China valorado en más de 2.500 euros.
A la espera del Gobierno central
Ante estos obstáculos y por iniciativa de Monroy, nació la Plataforma Ciudadana ‘Cortador de jamón, una profesión’ con los propósitos de reconocer y “dignificar” la profesión de cortadores de jamón incluyéndola en el Código Nacional de Ocupaciones (CON) y la Clasificación Nacional de Actividades Económicas.
Este colectivo está integrado por más de 1.000 cortadores de jamón de todo el país y el mundo, algunos residentes en Alemania, Francia e Inglaterra donde tratan de llevar la cultura de la pata del cerdo.
Para conseguir su objetivo, la primera iniciativa que llevaron a cabo fue recoger firmas y presentarlas en la Asamblea de Extremadura, donde todos los grupos parlamentarios la respaldaron ante lo que supone este oficio para la región. “Los cortadores son clave para la dinamización y expansión del jamón, nuestro producto gastronómico estrella y estandarte en la promoción de nuestra tierra e imagen en el exterior”.
Actualmente, este proceso está a la espera del pronunciamiento del Gobierno central. Según relata Montoy tendrán que hacerlo a través de una votación en el Congreso de los Diputados, un trámite que se está retrasando “según me dicen cada vez que llamo porque no cabe en pleno”.
Mientras que esto ocurre, los cortadores de jamón tendrán que seguir lidiando con los obstáculos que le impiden ampliar sus negocios más allá de las fronteras españolas.
Fuente: eldiario.es