Está despiezado, a la manera clásica, aunque me he permitido algún lujo; un carnicero se reiría mucho», dice Espino
Varias chapas antiguas, oxidadas y abolladas, que se unen para formar un cerdo ibérico. Varios trozos de metal con las formas de las piezas de carne en las que se despieza este animal símbolo de la dehesa extremeña. Así, Jorge Juan Espino ha plasmado toda su creatividad sobre la escultura de Luis Martínez Giraldo que forma parte de Iberian Pork Parade. «Me parece una iniciativa fantástica, porque llama la atención, porque es graciosa, porque se identifica bastante con Extremadura y porque mucha gente pone de su parte. El empresario pone el dinero, nosotros ponemos la imaginación, que no suele valer para mucho y es una manera de que valga para algo. En tiempos de crisis hay que tener imaginación», apunta el artista.
Espino se decantó por este diseño para hacer un guiño a la empresa que patrocina la escultura, Desguaces Bru. «Pensé en un cerdo despiezado de la manera clásica, aunque me he permitido algún lujo y si lo ve un carnicero se reiría mucho. Lo he desguazado y le he dado un fondo marrón, como si fuera oxidado, para que tenga profundidad. Luego he pintado los cuarterones plata y he simulado unos remaches. Cuando hice eso no me gustó, porque quedó demasiado plateado y como tiene textura no tiene sentido una chapa tan nueva, así que le di una especie de pátina de color óxido que da un efecto claroscuro», dice el artista, que considera que la escultura está realmente conseguida.
«Me parece demasiado real. He llegado a hablarle y todo», bromea Espino, que ha llamado a su obra Ferrucerdo.
Fuente: hoy.es