Unión, Progreso y Democracia (UPyD) quiere que el Gobierno modifique las normas del etiquetado de los productos ibéricos, recogidas en un real decreto de enero de 2014, y también que dé nombre a la raza híbrida que resulta al cruzar un ibérico con un duroc, de la que procede el 93% de la producción española.
MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
En una proposición no de ley registrada para su debate en el Pleno del Congreso, y que recoge Europa Press, la formación magenta critica la decisión del Ministerio de Agricultura de permitir que se denominen 'ibéricos' algunos productos que no proceden de cerdos 100% de esta raza.
Y es que, a su juicio, un "referente a nivel mundial de la gastronomía española" como es el jamón ibérico debería ponerse en valor, y no confundir al consumidor aceptando etiquetas en las que se permite llamar 'ibérico' a productos con un 25% o hasta un 50% de carne de animales de otra raza, aunque sea identificando tal particularidad.
SUCEDÁNEOS DE IBÉRICO
Esto ha permitido que zonas "sin arraigo" en el sector del ibérico como Castilla y León, Aragón, Valencia, Murcia o Cataluña presentan ahora "colosales registros de sacrificios" y que se haya producido un "avance imparable" de la producción intensiva de cerdos cruzados y cebados con piensos industriales que se pueden etiquetar como 'ibéricos de cebo' cuando "en realidad corresponden a 'sucedáneos de ibérico'", según UPyD.
En concreto, la formación cita datos del Ministerio de Agricultura que apuntan a que en 2013 sólo el 7% de los cerdos sacrificados eran de raza ibérica pura en sus distintas variedades comerciales --bellota, recebo, cebo de campo o cebo--, lo que supuso la venta de 262.745 piezas, el 88,46% de ellas de bellota. El 93% restante (4,46 millones de piezas) eran animales de una "raza indefinida, producto del cruce entre hembras de la raza ibérica pura y machos tanto puros como cruzados de raza duroc".
Y ello a pesar de que "la genética es uno de los pilares fundamentales que garantiza la calidad del jamón ibérico" y le aportan las características que respaldan su popularidad. Sin embargo, el Gobierno ha señalado "de manera repetida" en respuestas parlamentarias que los consumidores sólo ven "relevante" el porcentaje de raza ibérica del producto, lo que justifica que se "sustraiga información esencial para valorar el producto y el precio que debe pagar por él".
Así, "una parte importante de la cadena de producción, distribución y venta se aprovecha del uso generalizado y la percepción de calidad que el ciudadano posee del término 'ibérico' para comercializar piezas elaboradas de animales híbridos que contienen diferencias más que significativas con el producto ibérico puro".
JAMONES CONGELADOS
Por otra parte, UPyD critica otro fallo del sistema de etiquetado del jamón, que no obliga a los productores a indicar si el producto se ha congelado antes de su venta. "Un olvido que contraviene la normativa comunitaria sobre la información que debe ser facilitada obligatoriamente al consumidor", recuerda la formación.
"Queda claro que la norma de calidad aprobada por el Gobierno sobre el etiquetado de un producto gastronómico de tanta relevancia para la Marca España no protege de manera adecuada a los consumidores al no ofrecer al consumidor una información completa, detallada y relevante sobre características del producto, así como a procesos relevantes de fabricación que pueden mermar su calidad", concluye la iniciativa.
Por eso, el partido magenta exige modificar el real decreto de la Norma de calidad para la carne, el jamón, la paleta y la caña de lomo ibérico para obligar a incluir en las etiquetas toda la información sobre posibles congelados durante el proceso de elaboración y la "precisa composición racial" del animal y su "matemático porcentaje" cuando la pieza no sea 100% ibérica.
Además, la iniciativa reclama también que se incorpore al Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España la raza resultante del cruce entre ibérico y duroc como una "raza sintética española" híbrida, en lugar de como una raza integrada como sucede actualmente, atendiendo así a las normas zootécnicas comunitarias.
Fuente: eleconomista.es